Hijito a cassette

mafalda_cassette

Si tengo que ser muy honesta, todavía no entiendo nada. Me invade una sensación de pánico y asombro que me resulta muy difícil de describir y de asimilar. La naturaleza es muy extraña…y muy insensible también. Este es uno de esos momentos de desilusión y desesperación porque nada es como lo pintan en las películas o las propagandas de pañales. Como cuando descubrí que detrás de su magia Papá Noel escondía todo un sistema capitalista-consumista, pero que al final igual hay regalos. Estar embarazada tiene poquísimo de mágico y muchos momentos de «a quién se le ocurrió que estar embarazada era milagroso», pero al final también hay regalos (y descendencia genética). Debo aclarar, que particularmente, mi cuerpo es lo más comparable a un monoambiente refaccionado con bajo presupuesto donde apenas entraba yo, así que se está haciendo difícil convivir de a dos. Me dijeron que ya pasó lo peor (igual siento que hay algo que me están ocultando)

Repito que la naturaleza es muy extraña, y que a esta altura, después de casi 30 años de haber nacido mujer, dudo que el título de «Madre naturaleza» sea el más apropiado para este ente al que, o bien le faltaron unas cuantas materias para recibirse antes de largarse con el diseño de la anatomía femenina o simplemente nos odia.

Debo admitir que tenía mis reservas acerca de traer gente nueva al mundo, no sólo porque me hubiese gustado traerlo a un mundo donde al menos no nos matemos y torturemos unos a otros por cosas que no entendemos, sino que además, me pesa y me aterra la responsabilidad de tener que educar y criar a un futuro ciudadano del mundo bajo mi propia experiencia y mis conceptos de lo que está bien y está mal, porque no entiendo nada y no sé ni por donde empezar.

Por fortuna, cuento con un superhéroe en casa, que lo primero que me dijo cuando me vio horrorizada de alegría ante nuestra nueva situación fue «esto va a ser una aventura, vas a ver. Vino un poco antes de lo planeado pero somos nosotros dos, no tiene porqué no ser divertido.»  Así que prefiero creer que en lugar de estar trayendo gente nueva al mundo para sumar al caos, quizás estamos trayendo ayuda para sacarnos un poco de este lío. O al menos así va a ser teniendo a Capitán Considerado de mi lado que además, como superhéroe organizado que es, ya consiguió el manual de instrucciones para que esto no nos tome tan desprevenidos.

Veremos entonces qué (o quién) sale de todo esto. Mientras tanto, me dedico a pasar las últimas 8 semanas (o últimos dos meses para quienes no hablan en sistema-métrico-embarazada) sintiendo cómo tengo una casi-persona que parece no encontrar posición cómoda y cuya agenda diaria consiste en patearme las costillas, tener hipo y practicar pasos de breakdance en mi útero.

Todavía no sé si esto es «lo más lindo que puede pasarle a una mujer» si bien cada tanto las hormonas hacen lo suyo tratando de convencerme de que la lumbalgia y la gravedad aumentada son parte de la magia, todavía me despierto a la mañana y lo primero que pienso es «Uy, cierto que estoy re embarazada».

Some other perks:

  • Durante estos últimos meses comprobé que el mito de Pregnancy Brain es algo muy tangible, porque las hormonas te apagan un poco el cerebro: le hice seña al subte para que parara, le dije a un cliente por mail que «lo quería mucho», puse a calentar las empanadas en el freezer y tuve episodios en los que buscaba desesperadamente cosas que obviamente tenía en la mano.
  • Si bien Capitán Considerado quiere el manual (y estoy haciendo todo lo posible por conseguirlo) yo quiero este libro.
  • Descubrí que ponerle nombre a una persona (y ponerse de acuerdo con otra) es muy muy difícil, pero en el camino encontramos un montón de nombres geniales para nuestras futuras mascotas.

Ni ahora, ni nunca

wtnv

Este blog no se olvidó de mí, y yo no me olvidé de él. Así que acá estamos, como si no hubiesen pasado tantos días en el medio. No creo que siga siendo la misma muchachita que empezó a escribirlo hace algunos años, así que este espejo seguramente refleje otras cosas.

Con frecuencia me sorprendo midiendo con una regla muy cortita la distancia entre el pasado y el lugar donde estoy hoy, que es impensado. Si llegara a tener la oportunidad de viajar hacia atrás en el tiempo y me contara a mi misma cómo terminaron (o continuaron) algunas historias me costaría bastante trabajo creerme. Pero mi regla es muy cortita y casi nunca me alcanza para entender cómo llegamos hasta acá. A veces la sensación del paso del tiempo se hace tan vertiginosa que siento que más que en el futuro, estoy en un universo paralelo, o perpendicular.

Esta experiencia comprueba el hecho de que no puedo estar segura de nada y que me voy a decir y desdecir, acertar y equivocarme varias veces sobre las mismas cosas. Es divertido, pero un poco desesperante también.

Así conocí al chico del que me enamoré, diciendo y desdiciéndome. A decir verdad, así conocí a todas las personas de las que me hubiese enamorado. Con lo cual, no estaba esperando que esta vez las cosas llegaran hasta acá. Irónicamente, a diferencia de las demás veces, en lugar de querer aferrarme, salí corriendo en la dirección contraria, como hubiese sido aconsejable en los casos anteriores, al grito de » ni ahora, ni nunca». Y no sé que tan convincente habrá salido mi legenderia huída porque él siguió viajando esos 600 kms para verme solo a mí, dejándome muy en claro que la distancia  y mis reservas, no eran un obstáculo si queríamos tomar un helado, pasear por el Jardín Japonés, o pasar todo el tiempo que nos toque juntos. En retrospectiva, resulté ser una jodida. Y como en el guión de una película predecible, o una canción de los Rolling Stones, dejando ir lo que no quiso ser, estoy con quien siempre quise estar: con ese joven Paul Newman que hace que me duela la panza de risa, todo el cuerpo del sexo increíble y el corazón, cuando está lejos.

En algún punto cruzamos un umbral, y nos hallamos del otro lado, casi en otra dimensión, donde actuamos muy distinto de nuestras intenciones o dichos y no nos damos bien cuenta cómo. Pero creo que así es enamorarse. No por eso me arrepentiría de las demás historias que me tocaron y de las otras personas que quise muchísimo. Me van a acompañar siempre.

Todo eso fue entretenido y desesperante, porque si de verdad pudiese hablarle a esa Girl de antes le diría que se deje llevar y que no se preocupe tanto por aferrarse a los brazos que terminan lastimándola. Curiosamente, como por una intersección inevitable y caótica de la casualidad y las leyes de la física, aparecí en los brazos correctos, ideales.

 

Some other stuff I meant to say:

I didn’t die, I just took a little break. And now I’m back.

Perdonen el nivel de serotonina y dopamina de este post, estoy contaminada y salpico para todas partes.

 

 

 

Superhéroe

The Doctor <3
Escribiría este post acerca de hombres reales y dejaría de andar con eufemismos ridículos like I’m 8, pero 1.) superheroes are cool 2.) quiero hablar del mío 3.) es mi blog y listo.

No entiendo como es que Disney no ha explotado esto de los superhéroes. Siempre nos ponían a los príncipes como el guapo del barrio del que había que enamorarse… pero los príncipes solo son príncipes porque sus papás son reyes, no porque sean principezcos y gallardos o valientes. No, los superhéroes son mejores. Además, nunca sabemos cómo les terminó yendo a esas pobres chicas después de que se casaron.

Estaba convencida de que no iba a salir nunca de mi escepticismo, que de verdad iba a costarme muchísimo enamorarme de nuevo, y que a esta altura, construir una relación romántica no era lo mío. Pero conocí (mejor) a Capitán Considerado y me tuve que guardar todas esas excusas de las que me vengo quejando básicamente desde que empecé a escribir este blog.

Capitán Considerado la remó en cemento, yo estaba muy distraída luchando con otros personajes, más parecidos a villanos que a héroes o príncipes. Pero él usó sus superpoderes conmigo muy sutilmente, porque de verdad no me di cuenta cómo o cuando pasó de ser «el muchacho que es mi amigo» al «muchacho que es mi novio».

Logró cosas que solo alguien con poderes sobrenaturales podría haber logrado: me amigó con mis piernas (hoy fui a clases de vestidito). Además puede materializar helado o chocolate a cualquier hora, me hace reir aunque esté muy enojada, construye fuertes de almohadas, y hace cientos de kilómetros por semana para venir a visitarme. ¡Ah! y me ayudó a superar el miedo a las películas con zombis, o a los zombis en general, for that matter.

Aunque al principio cada vez que él intentaba rescatarme yo salía corriendo, encontró la manera de hacerme saber que aunque no necesite que me salve, él me puede salvar igual. Que aunque pueda sola él igual quiere ayudarme.

No descubrí al hombre perfecto, porque detrás de la capa y el encanto, hay un muchacho que insiste en tender la cama con las sábanas al revés, que no me deja respetar ni una de las dietas que intento arrancar todos los lunes, que piensa que es legal andar despeinado en la vía pública y que cree la ropa se placha sola cuando te la ponés. Ni hablar de cómo me hace doler la panza cuando pronuncia cosas mal en inglés, deliberadamente, para ver cómo me enojo. ¬¬

Una amiga muy querida de este blog, allá cuando yo todavía le escapaba un poquito a los brazos del Capitán, me dijo: «en un tiempo, cuando te des cuenta lo genial que te sentís, y lo bien que estás, te vas a preguntar cómo fue que no empezaste a salir con este chico mucho antes».  Si bien PandOrita tiene la posta siempre, creo que para poder disfrutar de la relación con mi superhéroe tenían que terminar de pasar otras cosas. Heróicamente (y por suerte) él me tuvo una paciencia sobrehumana, y acá estamos.

Puede que esto que les cuento, esté salpicado de toda la serotonina y dopamina que me invade, pero bajo la luz más racional, el capitán y yo nos tomamos las cosas despacito, disfrutando del paseo por el tiempo que nos toque estar juntos.

More superhero facts.

Capitán Considerado, es el seudónimo que uso para proteger la identidad de mi superhéroe…y aunque su origen tiene una explicación muy larga y rebuscada que no vale la pena traer a colación, es el seudónimo más apropiado.

No le teme a nada, ni a mi costado más minita… ese que tararea canciones de los Backstreet Boys en la ducha o el que revive capítulos de Sex & The City en DVD cuando se cortan el cable e internet. Ni siquiera le teme a la pila voluminosa de viejas revistas Cosmopolitan que tengo debajo de la mesita de luz.

(Su kriptonita son las aceitunas y el color amarillo)

Puede llevar adelante conversaciones enteras con frases de Los Simpsons, o películas, o series… Not everyone can pull that off.

Tiene superpoderes IT. Son una clase especial de superpoderes ñoños que sencillamente me pueden. Consiste en saber apretar botones… o mejor dicho, en saber bien qué botones apretar.

Arregla cosas que yo ya daba por irreparables… y no lo digo en sentido metafórico, no tiene un destornillador sónico, pero casi.