Hay una frasecita en particular que es como un disparador de malas noticias cuando conocés a alguien nuevo: «No quiero que salgas lastimada».
Aparece, por lo general desubicada, al inicio de una «no-relación» cuando recién estas conociendo a la otra persona y se quiere establecer un límite o una condición al porvenir de esa «no-pareja».
Personalmente la detesto. Es una excusa, que se jacta de altruista y desinteresada cuando una persona (en este caso un hombre) quiere decirte que no solo no te quiere sino que también sabe que no va a quererte nunca. Es una advertencia ridícula. Si una decide -consciente o inconscientemente- involucrarse con otra persona, ya se sabe el riesgo que se asume. Dudo que alguien se involucre sin saber que esa posibilidad está latente. Lo que más me molesta es que supone una cierta superioridad de la persona que la dice y la verdad es que la capacidad de herir y lastimar la tiene cualquiera.
«No te quiero lastimar» es un aviso que se traduce fácilmente en dos realidades: «tené cuidado conmigo que voy a jugar con vos, pero no quiero reproches porque yo te avisé» o bien «hasta acá llegué, y ya no me interesás».
Ya sé lo que querés decirme, y está todo bien (not), pero mejor haceme/te un favor y ahorrátela. It’s the oldest trick in the book…y creeme que no funciona.