Superhéroe

The Doctor <3
Escribiría este post acerca de hombres reales y dejaría de andar con eufemismos ridículos like I’m 8, pero 1.) superheroes are cool 2.) quiero hablar del mío 3.) es mi blog y listo.

No entiendo como es que Disney no ha explotado esto de los superhéroes. Siempre nos ponían a los príncipes como el guapo del barrio del que había que enamorarse… pero los príncipes solo son príncipes porque sus papás son reyes, no porque sean principezcos y gallardos o valientes. No, los superhéroes son mejores. Además, nunca sabemos cómo les terminó yendo a esas pobres chicas después de que se casaron.

Estaba convencida de que no iba a salir nunca de mi escepticismo, que de verdad iba a costarme muchísimo enamorarme de nuevo, y que a esta altura, construir una relación romántica no era lo mío. Pero conocí (mejor) a Capitán Considerado y me tuve que guardar todas esas excusas de las que me vengo quejando básicamente desde que empecé a escribir este blog.

Capitán Considerado la remó en cemento, yo estaba muy distraída luchando con otros personajes, más parecidos a villanos que a héroes o príncipes. Pero él usó sus superpoderes conmigo muy sutilmente, porque de verdad no me di cuenta cómo o cuando pasó de ser «el muchacho que es mi amigo» al «muchacho que es mi novio».

Logró cosas que solo alguien con poderes sobrenaturales podría haber logrado: me amigó con mis piernas (hoy fui a clases de vestidito). Además puede materializar helado o chocolate a cualquier hora, me hace reir aunque esté muy enojada, construye fuertes de almohadas, y hace cientos de kilómetros por semana para venir a visitarme. ¡Ah! y me ayudó a superar el miedo a las películas con zombis, o a los zombis en general, for that matter.

Aunque al principio cada vez que él intentaba rescatarme yo salía corriendo, encontró la manera de hacerme saber que aunque no necesite que me salve, él me puede salvar igual. Que aunque pueda sola él igual quiere ayudarme.

No descubrí al hombre perfecto, porque detrás de la capa y el encanto, hay un muchacho que insiste en tender la cama con las sábanas al revés, que no me deja respetar ni una de las dietas que intento arrancar todos los lunes, que piensa que es legal andar despeinado en la vía pública y que cree la ropa se placha sola cuando te la ponés. Ni hablar de cómo me hace doler la panza cuando pronuncia cosas mal en inglés, deliberadamente, para ver cómo me enojo. ¬¬

Una amiga muy querida de este blog, allá cuando yo todavía le escapaba un poquito a los brazos del Capitán, me dijo: «en un tiempo, cuando te des cuenta lo genial que te sentís, y lo bien que estás, te vas a preguntar cómo fue que no empezaste a salir con este chico mucho antes».  Si bien PandOrita tiene la posta siempre, creo que para poder disfrutar de la relación con mi superhéroe tenían que terminar de pasar otras cosas. Heróicamente (y por suerte) él me tuvo una paciencia sobrehumana, y acá estamos.

Puede que esto que les cuento, esté salpicado de toda la serotonina y dopamina que me invade, pero bajo la luz más racional, el capitán y yo nos tomamos las cosas despacito, disfrutando del paseo por el tiempo que nos toque estar juntos.

More superhero facts.

Capitán Considerado, es el seudónimo que uso para proteger la identidad de mi superhéroe…y aunque su origen tiene una explicación muy larga y rebuscada que no vale la pena traer a colación, es el seudónimo más apropiado.

No le teme a nada, ni a mi costado más minita… ese que tararea canciones de los Backstreet Boys en la ducha o el que revive capítulos de Sex & The City en DVD cuando se cortan el cable e internet. Ni siquiera le teme a la pila voluminosa de viejas revistas Cosmopolitan que tengo debajo de la mesita de luz.

(Su kriptonita son las aceitunas y el color amarillo)

Puede llevar adelante conversaciones enteras con frases de Los Simpsons, o películas, o series… Not everyone can pull that off.

Tiene superpoderes IT. Son una clase especial de superpoderes ñoños que sencillamente me pueden. Consiste en saber apretar botones… o mejor dicho, en saber bien qué botones apretar.

Arregla cosas que yo ya daba por irreparables… y no lo digo en sentido metafórico, no tiene un destornillador sónico, pero casi.