El Dulce Encanto de La Indiferencia Involuntaria

Mirando para otro lado without really trying.

Nunca soy consciente de ese momento, de ese punto de inflexión cuando uno finalmente dice: Hasta acá llegué con vos. No importa la cantidad de veces que trato de convencerme con hechos, razonamientos lógicos y experiencias empíricamente comprobables…siempre me choco con la misma pared una y otra vez hasta que, un día mágicamente, se agota la cuota de golpes, sobreviene el desencanto y me sorprendo mirando para otro lado.

Dicen, que cuando uno se enamora, en realidad no se enamora de la otra persona tal como es…sino de todo el bagaje de virtudes que le atribuimos. La verdad es que no sé si estoy muy dispuesta a pensar que esto es tan así. Lo que generalmente me pasa cuando me veo envuelta en un torbellino de dopamina es que puedo enumerar exactamente lo que me gusta y disgusta del otro. De lo que sí soy incapaz, es de explicar porqué es esa la persona que me conmueve y no otra igual de inteligente, pícara, y alta…pero ese es otro tema.

Creo que una vez escribí acerca de mi patrón de conducta  para cuando estoy en pleno proceso de desamor. Es un proceso impuesto, el desencanto implica una importante cuota de sufrimiento porque otra no queda. La verdad es que si por una fuera, preferiría no pasarlo. Es lo más comparable a una dieta que existe…porque no es otra cosa que la privación de aquello que más deseamos. Pero cuando esa privación, nos sale sin esfuerzo – cuando ya no pensamos en el cuadradito perfecto de chocolate con menta que nos comeríamos a toda hora, es cuando sobreviene cierto alivio. Una realmente no nota el momento en el que pasahasta que pasó y se da cuenta que finalmente ese pedacito de After Eight  no nos era indispensable como creíamos.

Es el proceso inverso de la magia que convierte sapos en príncipes -por cierto that analogy is starting to get really annoying- y hace que el hombre que una vez nos pareció maravilloso y a quien no quisiéramos perder nunca, de pronto se convierta en uno más del montón, quien no tenía nada de especial .Y esa ausencia se transforma en un «me da lo mismo» o en el ¿peor? de los casos un «menos mal que ya no está».  No voy a negar que el camino hasta ese momento es larguísimo, y está lleno de retornos tentadores: Porque al principio, en el fondo, uno espera estar equivocado, y cada vez que el otro hace evidente su no-afecto y es cruel- uno lo ignora; y en cambio cuando en contadas excepciones nos sorprende y nos hace sentir bien, nos gana, nos puede y se nos acaba el argumento que decía que había que olvidarse de esa persona…y hay que empezar de nuevo.

Este desencanto también sucede mientras estamos en pareja…con el agravante de la constante presencia del otro recordándonos todo lo que no nos gusta y enfatizando la ausencia de lo que una vez nos enamoró. La historieta de que el enamoramiento dura 3 meses y bla bla bla, la conocemos todos, pero no justifica que sin más ni más gritemos next! porque él ya no tiene la misma sonrisa encantadora todos los días o porque ella ya no es perfecta todo el tiempo…that’s bound to happen. Nadie puede gustarnos todo el tiempo, y no podemos esperar sentir todos los días la misma emoción y entusiasmo que sentimos cuando recién nos conocemos…En primer lugar porque nadie podría vivir en ese constant state of excitement sin desarrollar un aneurisma al año y medio y segundo porque no haríamos nada más de nuestras vidas. Pero cuando ese desencanto sobreviene y no hay nada más allá del primer flechazo que sostenga esa relación -cuando no hay complicidad, ni compromiso, ni compañerismo…Es cuando tenemos dos opciones: o nos ponemos a trabajar para desarrollarlas (porque ninguna de esas cosas suceden sin esfuerzo y sacrificio) o nos resignamos a que no vamos a poder sostener nunca una relación  que dure mucho más de lo que dura el efecto de los neurotransmisores del placer en nuestro organismo. Yo soy de las que optan por lo primero…hoy en día está muy difícil enamorarse.

Hay que recordar que muchas veces este desencanto se da porque ponemos expectativas insostenibles en el otro y eso tiene mucho que ver con nosotros y nuestro propio buen juicio de no dejarnos llevar por quienes de entrada sabemos que vamos a tener que olvidar. (So yes… a veces nos enamoramos de la mochila de encantos que le dibujamos a la persona que nos gusta…no necesariamente de la persona) Pero no recuerdo la última vez que el buen juicio tuvo algo que ver con el enamoramiento.

Hasta ahora, el dulce encanto de la indiferencia involuntaria he tenido el placer de experimentarlo una sola vez, porque como también les conté, no estoy marcada por desengaños atroces ni abandonos crueles…Solo el ocasional we could have been really good together and I will miss you like hell for a while, lo que no quiere decir que no me duela y no me cueste (mucho) dejar a ciertos personajes atrás. De todos modos, voy a ser muy sincera…esta indiferencia automática, no es otra cosa que un espacio que se llena con otras cosas…es la cantidad de agua que pasa debajo del puente y los clavos que sacan otros clavos…(cuánto que tarda a veces).

A couple of other stuff I wanted to say:

  • Este post no tiene nada en contra de los After Eights. Me gustan -mucho.
  • La analogía de los príncipes y los sapos empieza a molestarme porque acá ninguna es princesa y somos todos mayores de 8 años como para andar comparando las relaciones de adultos con cuentos de hadas. Igual no discuto su efectividad para ilustrar el desencanto.
  • De verdad está muy difícil enamorarse hoy en día.
  •  Love has a nasty habit of disappearing overnight…siempre inoportunamente.

Ellas se quieren casar…¿y usted?

Hace poquitos días,  me crucé con este documental/infomercial de una renombrada matchmaker (casamentera, en criollo) de Los Ángeles, llamado Married In a Year. El vídeo tiene como objetivo principal orientar a las mujeres hacia un único objetivo que es estar casada en un año…o por lo menos estar planeando la boda para ese entonces. Después de superar mi escepticismo inicial anti-susanita, pude analizar con un poquito más de tolerancia lo que trataba de vender la amiga Patti Stranger, que ojo, it’s not all bad.

Para empezar, tengo que admitir que muy prejuiciosamente cualquier mujer que tenga como objetivo culminante casarse y tener hijitos hace que a la mafaldita pseudo feminista con la que crecí se le retuerza un poco el hígado. El matrimonio me parece un efecto social que no siempre tiene que ver con el amor,  la felicidad o la fortaleza de una relación -pero como dije, es seguramente un prejuicio mío. I simply don’t understand why people so easily give up their joie de vivre for an institution that fails as often as it succeeds in an desire to fulfill some bourgeois ideal that society embeds in us from an early age to promote a consumer capitalist agenda*. Pero más allá de mis opiniones y acepciones acerca del matrimonio, sobre el cual no tengo nada sensato para decir – porque jamás estuve casada, ni (muy) cerca de estarlo…La señorita Patti (alas, she’s not married) en los primeros 30 minutos de su video motivacional con un centenar de mujeres de audiencia, presenta una serie de pasos para llegar al objetivo deseado…que son 12 (siempre son 12).

El que primero llamó mi atención son sus 5 Non-Negotiables… o dicho en castellano rio-platense, aquellas condiciones que tiene que reunir una potencial pareja que no son negociables. Patti, instaba a las mujeres en la audiencia a escribir sus 5 dealbreakers para que las ayudara a tener estas condiciones y requisitos bien presentes con el fin de no perder el tiempo con un tipo que no cumple las condiciones que tenés en esa lista, a sabiendas de que lo vas a descartar y no vayas a perder otros 6 meses de tu vida worrying about the wrong gil…Las señoras en el video escribían o gritaban desde el público condiciones tales como: tiene que ser alto…que sea morocho…que tenga una buena relación con su madre…que me haga reír…que tenga una situación económica estable…que bese bien. etc etc etc. Y estas son condiciones sine qua non, I mean…Really? Yo puedo hacer una lista de lo que definitivamente son dealbreakers en una potencial pareja para mí, pero es bastante obvia…la verdad es que si bien es una idea practiquísima para buscar un asistente personal…no me parece que sea un gran método para relacionarse con alguien por el resto de tu vida…Es como haber retrocedido un centenar de años en el tiempo back to when eran los padres los que ponían estas condiciones para un buen casamiento y no se trataba de una relación para nada… Suenan más a los términos de un contrato que a una relación de pareja. Además…la gente cambia: hoy es morocho y mañana es pelado, hoy tiene una buena relación con su madre y mañana no se puede despegar de ella, hoy te hace reír y mañana es un pesado ridículo. No creo que éste tipo de pavadas sean un buen fundamento para elegir a la persona que se supone elegís para toda la vida…Come on ladies ¿Nadie aprendió nada de Jane Austen?

Además…no me cierra mucho esto de los requisitos, porque no es que una es la mujer ideal o el trabajo soñado. Ni cerca…A esta generación de mujeres las crió la policía de la autoestima convenciéndolas de que ellas son lo mejor que les puede pasar a un tipo y habilitándolas a ponerse ellas mismas por encima de los demás con mucha intolerancia como escuela. No es un defecto inherente al género… a los nenes de mamá también se los acostumbra así. Pienso que si una persona emplease la mitad de la energía que pone en sentirse bien con ella misma apelando a acumular porotitos en la columna del «esto es lo que merezco», en sentirse bien con alguien más, haciendo un esfuerzo real para que otro other than yourself se sienta bien… el mundo sería un mejor lugar, o al menos más tolerable. Por supuesto que las personas nos van a desilusionar y van a traicionar nuestra confianza, y no siempre van a cumplir con nuestras expectativas…but so will you to others. It’s just the way the cookie crumbles.

Por otro lado, los 5 dealbreakers de la amiga Patti tienen el efecto opuesto que una busca en esta clase de listas….en vez de dejar afuera lo que sabés que no querés, abrís la puerta a un montón de otras cosas que capaz todavía no sabés que no querés…Y esto de «qué hay que tener para enamorarte» es cualquier cosa: Nadie se enamora de las cualidades por sí solas de la otra persona. Podés encontrar que tal cosa de fulanito te parece linda, deseable o atractiva…pero las personas nos enamoramos de las personas no de una colección de atributos por sí solos. Yo estoy enamorada de Alejandro, porque Alejandro es Alejandro…no porque es alto, inteligente, morocho y seductor….Conozco decenas de hombres altos inteligentes morochos y seductores, pero ninguno de ellos es Alejandro…¿Se entiende?

Me gustaría mucho saber qué piensan los hombres de estas conductas casi neuróticas. Ojo, ellos también las tienen, pero su foco no está en el matrimonio. Hay un amigo de este blog que dijo «Los hombres, hacen todo lo que hacen con el único fin de enamorar mujeres»- no de casarse con ellas. Por otro lado, me acuerdo que Pedrito una vez me dijo que le huye a las mujeres que tienen un cartel de «busco novio» en la frente…ni me quiero imaginar que pasa cuando además del cartel te pasan un job-posting para ver si sos candidato a que por lo menos te den la hora.

No está mal querer casarse y formar una familia, al contrario, seguramente es muy gratificante, sino no habría tantas personas buscándolo. Pero creo que en primer lugar: no puede ser ese un único objetivo para una realización culminante…Yo todavía no logro ubicarme en las filas de las que se quieren casar y tener hijitos, porque para mí, el deseo de una relación nace a partir del deseo de querer pasar el resto de mi vida con fulanito y eso casi que todavía no me pasó. El matrimonio y la familia, no es un proyecto que se arma solita, so es mejor dejar eso de las listitas para las compras del super.

Some thoughts I had mientras escribía este post:

Me mató la explicación que da esta mujer acerca de cómo funciona la oxitocina en las mujeres jóvenes…culpándola de ser la principal causa por la cual una se engancha con giles. (Y yo que me preocupaba por la eficacia de mi buen juicio y resulta que nada que ver)

Patti Stranger me hace acordar al personaje de Gasalla que se llamaba Soledad Dolores Solari…¿No es igual? (Ah! y me encanta que se llame Patti)

*Mi desvarío acerca de la gente que se casa en el segundo párrafo del post se insipiró en su totalidad en una cita de la peli Definetly, Maybe que es una favorita de esta blogger.

A little Frankie para ilustrar el post y con la joyitas de Ingrid Bergman y Cary Grant de yapa.

El Bosón de Higgs Es Invisible a Los Ojos

Es bien sabido que la edad no es sinónimo de madurez…Cuando era chica, solía pensar que cuando fuese «grande» iba a tener las cosas bien claras e iba a poder discernir -sin dificultad- lo que está bien de lo que está mal, iba a tener la respuesta para todo y el mundo iba a ser un lugar al menos inteligible. También pensé que iba a medir más de un metro cincuenta, pero evidentemente la vida está llena de desilusiones. No hace falta caer en lugares comunes tratando de explicar que a mis 25 años tengo más incertidumbres que certezas- Sin duda entiendo un poquito más ahora que a mis 5 años cuando me frustraba que me contestaran «Cuando seas grande lo vas a entender»… Esta era la promesa que más esperaba que se cumpliera porque me aseguraba las respuestas a lo que en ese momento eran preguntas fundamentales acerca de mi universo. Regretably, estas respuestas llegaron casi siempre en forma de desengaño y la mayoría de mis preguntas no eran gran cosa. Así que no puedo hacer una lista muy extensa acerca de cuanto cambió mi conocimiento del mundo que me rodea pero…espero que sea un poquito más larga ahora que hace 20 años.

Desde tiempos remotos…y no tanto, los científicos han  buscado una explicación para el origen del universo, tratando de entender de dónde venimos, hacia donde vamos, si estamos solos, de qué estamos hechos y etcétera etcétera. Esta búsqueda incluye un modelo de la física de las partículas elementales- que conforman los componentes del átomo, y que un buen día ideó un tal Peter Higgs hace unos 47 años. Este modelo, jovencito,  incluye una partícula hipotética llamada Bosón de Higgs (o la Partícula de Dios). Bien digo hipotética porque el modelo estándar sólo la predice pero no puede comprobarla (so much for Science vs. Faith) Roughly es como si armaran un rompecabezas donde todo encaja perfectamente y muestra una imagen que tiene sentido de cómo son las cosas…pero a la que le falta una pieza (muy importante!)  Así es que finalmente, hasta aquello que se supone una verdad absoluta, cómo de qué está hecho el mundo en el que vivimos, es una teoría improbable…it kind of made me wonder.

Son más las cosas que no sabemos que las que sí y me desilusiona un poco que no se pueda saberlo todo. I kinda would’ve liked to be a smart-ass. A veces me sorprende mucho la confianza con la que anda la gente por la vida, con actitud de «dueños de la verdad»  juzgando y desestimando al prójimo a diestra y siniestra…por pavadas y con la intolerancia digna de la fanfarronería e hija de la ignorancia. Aunque quizá tengan razón…¿Yo qué sé? En esto tengo que hacer un mea-culpa, porque puedo contar una considerable cantidad de veces en las que yo también me subí al judgemental pony a decir pavadas acerca de cosas y/o personas que a) no conocía b) hoy me caen muy bien y eran waaaay better than me in many ways…So nadie se las sabe todas, es como un mal de muchos = consuelo de tontos

Todos los modelos que postulan el universo en el que vivimos tienen un Bosón de Higgs. Un partícula fundamental que le da peso (masa, ponele) e importancia a todas las demás…y que es invisible pero también es improbable. Aún así vivimos igual como si existiesen: el amor, la amistad,  la conciencia (el inconsciente!), la gravedad, el tiempo, los lectores de este blog…Y creo que esto nos dice mucho de la esencia humana (que también es invisible) porque aún en su forma más empírica como lo es la ciencia de lo observable y comprobable… se dictaminan certezas en base a la fe de que el bosón invisible/inmesurable e inobservable existe.

Para terminar- porque estoy segura que el espacio en este post es finito- en vez de enumerar todas las cosas que ignoro (que debe ser una lista vastísima de cosas importantes y era la idea original de este post) voy a hacer un «top 10» de las que aprendí hasta ahora y que son irrefutables…todavía.

  1. Es muy difícil ser honesto con uno mismo, let alone ser honesto con los demás.
  2. Dilatar o procrastinar cosas importantes solo las vuelve más difíciles y dramáticas.
  3. Si un amigo es capaz de hablarte mal de otro amigo a sus espaldas…es muy probable que esté haciendo exactamente lo mismo con ese otro amigo a tus espaldas.
  4. Es altamente probable de que me arrepienta de más de la mitad de las cosas que hice o dejé de hacer cuando ya sea muy tarde…Como también es probable que si me dan una segunda oportunidad me vuelva a equivocar.
  5. La confianza solo se pierde una vez
  6. Comprar la revista Cosmopolitan deja de valer la pena después de la 4ta o 5ta revista que leés…después de eso, es como leer las mismas 5 ediciones una y otra y otra y otra vez.
  7. El horóscopo no predice el futuro y es adictivo.
  8. Hacer sentir mal al otro…nunca lo hace sentir bien a uno.
  9. Las experiencias y los momentos solo pasan de a uno…y siempre pasan.
  10. No hay que comprar flores en paquetes cerrados…las flores no respiran bien y se mueren rápido 😉

Corolario

Si les interesa leer más acerca del bosón de Higgs, Google ofrece documentos y links para tirar para arriba….Les anticipo que todavía no lo encuentran, eso que para esto crearon muchísimas máquinas cariiiiísimas, entre ellas un mega-acelerador de partículas, el LHC- que busca «re-crear» el big-bang para encontrar el bosón perdido (porque a todo esto se cree que el bosón solo es visible en un medio de niveles de energía masiva…tan monstruoso como aquel que le dio origen al universo).

Cuando era chica quería ser científica…pero no sé qué pasó.

«The invisible and the non-existent look very much alike»

Dejo «El breve espacio en que no estás» para ilustrar el post:

¿Eres tú el príncipe azul que yo soñé?

8 de cada 10 cosas que digo o pienso suelen salir de mi boca sin permiso…no es que no piense antes de hablar (Bueno, a veces no. Pero solo si estoy eufórica, verborrágica, enojada, dormida, cansada, distraída – en fin…you do the math.) Y estoy segura de que no estoy sola en esto que me pasa…que cuando vuelvo sobre lo que dije o contesté se me ocurren miles de cosas mejores que decir instead y me reto a mi misma a no volver a abrir la boca a menos que tenga algo que sea abso-luta-mente necesario decir. De más está aclarar que no me sale, me encanta hablar, además paradójicamente escribo acá, que es un monólogo ininterrumpido sobre cada pavada que se me cruza, cosas, que seguramente, no era necesario decir….Como este primer párrafo que no tiene nada que ver con el post.

Siempre ha sido tema de debate entre mujeres esta cuestión de las expectativas con las que crecemos desde niñas acerca de las relaciones de pareja, los hombres, y el amor en general- y como es que  la influencia de los cuentos de hadas, el amigo Walt Disney y las comedias románticas vinieron a iluminar la realidad con una lamparita rosa de 25 watts que se quema al primer uso. Yo no estoy tan convencida de haber comprado en un 100% que los hombres debían ser todos príncipes, que sólo es amor si sentís mariposas en la panza y que al final de la película the girl should always get the guy. Creo que nos refugiamos mucho en la autocomplacencia diciendo que somos una generación de ilusas culpa de Cenicienta…Y no sé qué piensan ustedes,  pero esto no habla muy bien de nosotras.

No voy a negarlo, a una le meten esto del romanticismo desde chiquita por todos lados, y es una ilusión muy linda: la de ser princesas protagonistas, rescatadas por ese hombre que todas quieren tener y que solo tiene ojos para una, que nos entiende sin tener que hablarle, que es fuerte, tierno y protector y que hace todo bien los 90 minutos completitos de película. En cambio en el plano donde  los animalitos del bosque no son sastres expertos, tenemos hombres reales; que no crecen entrenándose para rescatar princesas (…todo lo contrario, crecen bastante ajenos a todo eso) sin contar que para considerar que «hacen todo bien» necesitan un libreto y Nancy Meyers seguramente está muy ocupada como para pedírselo a ella.

Por otro lado, y más allá de las princesitas y los finales felices, desde chiquitas, a las nenas nos meten en la cabeza que el hombre «nos tiene que merecer» y es un concepto que hasta nos acompaña durante nuestra vida adulta. (Y que tus amigas no se van a cansar de repetirte cada vez que algún cretino -siempre quise usar esa palabra- ose romperte el corazón) Y así nos damos el lujo -algunas- de ser caprichosas, ridículas, inflexibles y a veces hasta crueles, porque estamos convencidas de que somos taaaan especiales que cada vez que nos rechazan en vez de aceptarlo and move on; resulta que el tipo en realidad era un imbécil que no sabe lo que tiene en frente y lo que se está perdiendo…Really? Esta misma corriente de pensamiento promueve que él la tiene que remar en cemento y hacer cosas que seguramente preferiría no hacer con tal de demostrarte que le interesás y que te quiere… (como comer sushi, aceptar ver películas del estilo Sex & The City o bancarse como un duque todo el concierto para violín en Mi menor de Mendelssohn). Divino él…pero al 2ndo año de relación es un evento que no se va a repetir, y nosotras con nuestra vocecita pasa-facturas se lo vamos a reclamar «antes hacías tal o cual cosa y ahora no…ya no me querés mas?»  Pero esto de fingir interés en pavadas al principio de una relación, por el otro, es un temita que trataremos otro día.

En cualquier caso, y para terminar el post y no seguir metiéndome en terrenos pantanosos de los que no voy a salir airosa, les cuento que esto de las expectativas no es tan sencillo. Ya lo habíamos hablado, no? Cuando nos enamoramos, no podemos pretender que la otra persona nos quiera por cumplir y no podemos promoverlo tampoco. Pensar que el amor es una recompensa por hacer las cosas bien es una falacia y me resulta absurdo. Si sólo nos quisiésemos por ser buenos, y por cumplir con un estereotipo apelando a actitudes o acciones pseudo-heróicas… el amor sería mucho más sencillo y seguramente menos mágico.

Before I forget:

Siempre me pregunté si los príncipes de los cuentos eran realmente tan principezcos como los veían las protagonistas. En las películas de Disney siempre son los animalitos del bosque los que hacen todo el trabajo, o las hadas. El príncipe just stands there lookin’ handsome y nunca tiene un parlamento muy brillante… A mi me parece que Charles Perraul y los hermanos Grimm  dejaron afuera la parte en la que Cenicienta pasó de atender a sus hermanastras a atender a la familia del príncipe que era bastante hinchabolas y la trataban de «chirusita» por no descender de la realeza, la pobre tenía que hacer las camas de las 1300 habitaciones del palacio y el príncipe no le daba bola porque se iba de caza todos los días con sus amigos…

Ojo que no solo a nosotras nos inflan el ego de chiquitas… Hay decenas de hombres dando vueltas por ahí que ante un rechazo se ofenden… ¿Lo pueden creer? Se ofenden.

(Don’t) Read my mind

Tengo que decirlo. A mi los hombres no me desagradan, todo lo contrario…algunos me gustan mucho.  Los hombres no me resultan ni mejores ni peores que las mujeres- Así que me cuesta mucho ponerme del lado de algunas mujeres que por moda o estupidez, creen que hay que subestimarlos para reivindicar su femeneidad.  Creo que luego de siglos y siglos de que la pelota estuviera de un solo lado, deberíamos haber aprendido que el revanchismo y los extremos no nos llevan a ninguna parte y no nos dejan nada bueno.  No entiendo qué les hace pensar que la relevancia de un género hace inmediatamente inferior e irrelevante al otro…pero es así, y lo escucho y lo veo todos los días.

Hoy me tocó, como muchas otras veces, escuchar como una mujer se quejaba de la habilidad de su pareja para no hacer nada bien. La  protesta de esta señora se refería a que el hombre en cuestión, nunca la ayuda con las cosas de la casa, ni a cuidar a su hija, y no hace se hace cargo ni de la mitad de las cosas de las que ella se ocupa – y eso que ella trabaja la misma cantidad de horas que él. Claro que durante su discurso quejumbroso, también nos enteramos que en realidad él hace todas esas cosas que ella espera que él haga…pero no cuando y como ellas espera que las haga. Bajo este criterio,  los hombres son incompetentes, egoístas, insensibles y desatinados…siendo honesta no sé quién podría enamorarse de alguien así. La mayoría de mis amigos son hombres, y son personas inteligentes, sensibles y bien intencionadas que realmente no encajan con este perfil de hombre infantil y básico del que tanta mujer se viene quejando. So revisemos un poquito esta postura de extrema feminista, que la verdad, me enoja mucho.

No es la primera vez que digo que las mujeres crecemos con un ideal de hombre que no existe (que todavía no sé de dónde sale). El caso es que por alguna razón cuando empezamos una relación estamos programadas para esperar que el otro adivine lo que nos pasa, lo que queremos y cómo lo queremos. Que planche cuando queremos, nos seduzca cuando queremos y nos regale exactamente lo que estamos esperando, y todo eso lo queremos sin tener que pedirlo….Well guess what: Men are clueless, and -evidently- so are you.

Estoy dispuesta a apostar que si la telepatía fuese la solución a los problemas de pareja, sin dudas sería parte de la ecuación, pero no lo es… Las relaciones son más complejas que eso, y requieren de mucho compromiso para salir adelante. Me parece muy infantil reprocharle a alguien no tener el talento para adivinar la mejor manera de satisfacernos cuando en realidad ni nosotras mismas podemos adivinar bien qué pasa en la vereda de enfrente. Ojo que estoy de acuerdo en que lo esperable es que mi pareja me conozca y tenga la capacidad de anticiparse y sorprenderme…pero no de leerme la mente. Es muy  probable que una persona irracional que considere esto una cualidad necesaria en su pareja no esté muy abierta a la  idea de sacrificarse y sentarse y charlar. Sadly esa clase de complicidad y atino solo se alcanzan con mucho diálogo y paciencia de por medio. So you’ll need to work. Ninguna relación de amor para siempre sucede solita. Me resisto a esa idea de que somos mitades de una unidad vagando incompletos por el universo hasta que “pufff” mágicamente nos encontramos y todo es maravilloso y mi pareja va a saber siempre qué decirme o cómo sorprenderme. Me encantan las orquídeas blancas, pero si cada vez que quiere hacer algo lindo me regala orquídeas, su regalo se va a volver rutinario y me voy a cansar…y eventualmente ya no va a tener el mismo efecto, so va a tener que pensar en otras formas ( y lo mismo de este lado!). ¿Se entiende a lo que voy? Para que una relación funcione bien es necesaria la colaboración de ambas partes. Y no es justo ni razonable que nos enojemos con nuestra pareja y lo etiquetemos de no  hacer nada bien cuando nos desilusionan con cosas  como no saber doblar el cuello de una camisa sin que se arrugue  o porque no le haya atinado al regalo de cumpleaños que estabas esperando. En nuestra fantasía el sabe exactamente lo que querés pero no siempre es así, y eso no está mal…porque a veces nosotras tampoco podemos leerlos como un libro abierto, aunque ellos crean que sí.

Lo malo de esta actitud caprichosa es que no sólo nos crea una mala reputación sino que también hace que descartemos hombres que realmente valen la pena y que están dispuestos a hacer lo que sea por nosotras…si los orientamos un poquito. Otro factor importante es no ser harpías críticas de todo lo que hacen. Una de las ¿virtudes? proverbiales en la mujer es la de pensar que nadie hace las cosas mejor que ella…la señora que se quejaba más arriba además de lloriquear porque él nunca la ayuda, también protestaba porque cuando lo hace nunca lo hace del todo bien. (decime: ¿cómo esperás que te ayude como vos querés que lo haga si a) no se lo decís  y b) ni le das la oportunidad de terminar de hacerlo bien cuando -God forbid- él se equivoca sin hacerle un escándalo de self-sacrificing b*tch?)

Por último y para cerrar.. Yo soy muy consciente de que me quejo mucho de esta incapacidad de los hombres para captar sutilezas, pero sé que me quejo de llena porque la gran parte de los hombres con lo que he tenido la suerte de cruzarme no son ni básicos, ni insensibles ni egoístas Me han tenido mucha paciencia…pobres.

Some final thoughts:

Además de las orquídeas blancas que no son muy económicas como para andar regalando todos los días, me gustan: las margaritas blancas, el helado de cookies & cream, los paraguas amarillos, las vaquitas de san antonio y los post-it de colores. …I’m just sayin’…

Hay algunas excepciones a los hombres de este post…misóginos empedernidos de los que no vale ni la pena hablar- Nosotras podemos ser muy caprichosas pero la estupidez no distingue género.

Feliz Cumple GirlOfSummer85

Hace mas o menos un año confirmaba mi cuenta en wordpress.com y escribía mi primer post. Lo hice en un arranque de ira asesina irrefrenable/impotencia…ya ni me acuerdo por qué (mentira, probablemente me acuerde pero no viene al caso, porque finalmente este blog terminó tomando una forma que no era la que tenía en mente)

La intención original de este blog era llevar un diario de todo lo que nos pasa cotidianamente y lo que nos forma y nos deforma: como mujeres, hombres, madres, hijos, amantes, amigos, vecinos, empleadas, jefes, y todos los títulos que a lo largo de la vida llevamos. Quería poder tener una especie de historial que pudiese revisar cuando me pregunto cómo carajo llegué hasta acá y qué le pasó a todos mis planes, intenciones y proyectos; o bien qué pasa con toda la gente con quienes somos inseparables y de un momento a otro desaparecen sin que sepamos bien por qué.

Jamás pude llevar a la práctica el carpe diem porque creo que no duraría ni una semana de tanta emoción y seguramente tampoco me alcanzaría el presupuesto, y así es como la mayoría de los días se tornan irrelevantes y empiezan y terminan sin ningún recuerdo perdurable.

La verdad es que el blog no fue una gran herramienta para hacer que el tiempo pase más detalladamente…sigue siendo tan vertiginoso, e imparable como siempre. Admito que si resultó muy enriquecedor a nivel personal porque pude verme desde lejos y me ayudó a «ordenar» algunas ideas…aunque hizo estragos con otras. Descubrí muchísimas cosas de mí que no me gustan-de las que no sabía- y otras tantas de las que ni sospechaba que era capaz.

Como escribió una blogger mucho más talentosa que yo, llevar adelante un blog es ante todo un acto narcisista…pero es algo con lo que ya hice las paces. Soy un poco (nada más?) narcisista, but that’s old news y la verdad es que no está taaan mal quererse un poquito. Hablando en serio, como no  me canso de decir: Escribir, ordena ideas…y una empieza a pensar en posts (que a veces no llegan a publicarse, pero están ahí) y puede poner ciertas cosas en perspectiva, como una especie de  autoanálisis . Y escribir cuesta; es puro placer, pero cuesta…no por falta de tiempo o ideas…si por la torpeza que me acosa a la hora de emplear palabras («esa ambigüedad del lenguaje que le dicen»); sin contar el cuidado que se tiene que tener para no lastimar en el proceso -y sin querer- a la gente que queremos. Así y todo no estoy muy segura de saber a ciencia cierta forma qué tiene este blog, viene a ser como un pequeño Frankenstein de ideas y anécdotas- propias y prestadas.

Pero in the words of a good, wise and talented guy…I’ll let it be. Este blog monstruito es apenas un niño en la web 2.0, al que creo que le queda mucha sopa por tomar. (espero!).

Otras cosas que pasaron este año mientras escribía:

Volví a mi primer amor

Adquirí un nuevo respeto por las personas que me caen mal y que no soporto….Resulta que en la mayoría de los casos somos infinitamente parecidas y en otra vida seguramente podríamos haber sido grandes amigos/as (o amantes…) pero en ésta no.

La RAE eliminó las tildes en los demostrativos … yo me resisto.

Me dí cuenta que ya no sirvo para ver películas de terror.

Terminó Lost… (sisi, todavía no lo superé)

Porque sin ser mi marido, ni mi novio, ni mi amante…

Quizá esto trate de un post de protesta…Then again, it’s my blog and I’ll complain if I want to. Tengo una breve teoría, que mi amiga P. ayudó a consolidar, que dice que los hombres actuales -o al menos el simpático sector con el que tendemos a cruzarnos P. y yo, son pseudo-masoquistas.

Yo me jacto de no ser una mujer complicada, aunque disto mucho de ser sencilla. Lo más probable es que sea muy jodida y muy tonta…o como le dijo Billy Cristal a Meg Ryan en «Cuando Harry Conoció a Sally» –You’re the worst kind; you’re high maintenance but you think you’re low maintenance.- So con fines ilustrativos- vamos a decir como me dijo un amigo que no siempre fue amigo – vos sos compleja, pero no imposible.  Hecha esta aclaración, que no sé si hacía falta; paso a exponer mi teoría.

La teoría acerca de los hombres pseudo-masoquistas señala a un grupo de personajes que se ven angustiados e infelices en una situación de soledad: Porque les rompieron el corazón, porque no pueden largar el cordón umbilical, porque les da fiaca, porque están acostumbrados a barriletear, etc…Suelen hacer verbal este malestar dependiendo de algunos factores externos como ser la cantidad de botellas de fernet que se tengan al alcance o bien el estado del tiempo. Una de las características esenciales de esta especie es que son de los que no se deciden y la dejan a una flotando en el limbo del embole sin saber qué hacer. Su comportamiento suele contradecirse con sus dichos y hasta con algunos hechos. Son de los que advierten «no te quiero lastimar y esto es todo lo que hay» pero que luego admiten y arman situaciones de una intimidad innecesaria para después patear el tablero (a veces de manera cruel) y hacer que una los rechace. Y cuando una los rechaza y los ubica en ese lugar de «esta bien no me vas a lastimar pero tampoco me vas a tener cuando quieras», tampoco se la bancan y vuelven otra vez a ser tiernos y protectores para una vez más huir despavoridos ante cualquier señal amable de nuestra parte. Es como El Cuento De La Buena Pipa, pero más cruel. Cruel porque pasar de la más absoluta intimidad a la indiferencia total es un encontronazo brutal que la deja a una un poco descolocada.

La teoría los expone (quizá erróneamente) como pseudo-masoquistas porque el cariño o la atracción que sienten por el objeto de su ¿afecto? tiende a ser genuino, y construyen esos espacios donde ambos la pasan muy bien, buscan complicidad pero que no se bancan mucho tiempo y su angustia se vuelve evidente. Se ponen incómodos te miran con cara de constipados o de perrito mojado sabiendo que lo que sigue es hacerte mal para que te alejes (o les sea sencillo alejarse) sabiendo que en algún grado o alguna medida van a extrañar a esa ridícula que está incondicionalmente. Y mientras se alejan y una se queda parada en el umbral del limbo del embole, se pregunta:  «si este tipo no se banca ser ni mi amante, ni mi novio, ni mi amigo…¿qué quiere?» Lo más probable es que ellos tampoco conozcan la respuesta a esa pregunta, por ahora mis hipótesis oscilan entre los no saben- no te quieren- no saben ni te quieren- están muy cómodos ahí (aunq no tanto porq vuelven) y- vé tu a saber.

Seguramente todo esto suene un poco a reclamos anteriores acerca de la nueva llamada «histeria masculina». Mi amigo Pedro me contó alguna vez que esto no es histeria sino un terrible malentendido entre lo que una espera y lo que el otro está dispuesto a dar. Yo le creo. He sido también ¿víctima? de este terrible malentendido, que se solucionó con una breve charla. Aunque en mí defensa-y no que la necesite porque mi contraparte es también muy razonable- sé que lo que esperé muchas veces se confundió con lo que me daban a cambio y viceversa y el malentendido no me lo inventé- tuve mucha ayuda para desconcertarme y esperar cosas que no iban a llegar.

Finalmente quiero aclarar que lo que más me ofusca de este tipo de relaciones que quieren ser casuales y no lo logran, es que los encuentros concretos nunca se dan cuando una quiere. Si una los llama entusiasmada con ganas de verlos el rechazo suele ser inmediato y una se queda bañada y sin fiesta. Solo ocurren cuando él cree que tiene ganas y encima avisan con little or no time de anticipación para volverse una mujer decente y deseable. O a caso creen que una anda  lista y depilada 24/7? No sean ilusos, menos con tantas vueltas de por medio.

Y para cerrar, 2 palabras:

  • Sé que resulta ridículo que una mujer que se jacte no ser complicada  y otra que es muy inteligente como P. se vean enredadas con esta clase de hombres. Yo también me lo pregunto -como alguna vez casi se lo preguntara G. Acher: » ¿Si soy tan inteligente por qué los elijo como una idiota?» La verdad: No lo sé…
  • Les dejo el poema de Rafael León que inspiró el título de este post, que no tiene nada que ver, pero por si les interesa.
  • Augusto, te debo un post.

You should get out of your head, it’s really nice out here

A veces me olvido de lo mucho que me gusta escribir en este blog, pero está bien irse porque siempre vuelvo. Es lindo volver a este espacio que siempre es igual, resulta reconfortante… como la sensación que da encontrar haciendo zapping esa peli q no nos cansamos de ver, o ponerte una campera que hacía mucho que no usabas y encontrar plata, o ir caminando por Bv. Oroño y encontrarte con ese amigo que hacía tanto pero tanto tiempo que no veías y tener la sensación de que no pasó un solo día en el medio. Awesome.

Han sido días distintos, algunos más difíciles, otros no tanto…y en el medio, hubo un taxista  muy elocuente que en el trayecto de Belgrano a Retiro me dijo una frasecita que se ve que me tocó alguna fibra sensible, porque voy explotarla en los próximos renglones. Me hizo notar lo terriblemente ensimismadas que vivimos en nuestra mayoría las mujeres y lo mal que la pasamos así. A decir verdad y mirándolo desde lejos, no son muy frecuentes las veces que tenemos conversaciones que de una forma u otra no involucren una queja. Igual tengo que admitir que quejarse, es algo que nos sale como un acto reflejo…y es casi tan difícil de contener como no cerrar los ojos para estornudar. Pero según me explicaron el otro día, aparentemente yo no aprendí muy bien como funcionan las cosas entre mis congéneres por lo que advierto que in no way soy un punto válido de referencia a ser tenido en cuenta cuando se trata de leer al género femenino. Así quedó demostrado en varias oportunidades.

El caso es que -para variar- me encontraba en conflicto con algunos supuestos que hasta hace algún tiempo para mí eran certezas. Estaba desilusionada y un poco desorientada respecto al porvenir de algunas amistades y de mi cuore que se acababa de exponer de la manera más ridícula sabiendo que lo que venía después iba a ser un amable «Thanks, but no thanks».

No sé si fue mi cara de angustia (por decirlo así de elegante) lo que incentivó al taxista a querer sacarme conversación. Debo aclarar que los taxistas están en mi top 3 de profesionales que no deberían intentar tener conversaciones mientras hacen su trabajo, justo después de las depiladoras y los radiólogos. Cuestión, que muy a pesar de mi pet peeve respecto a los taxistas decidí ser amable y hablar del clima, del censo y de lo mal que manejan los porteños… En eso el señor (que no era tan mayor) me cambió de idioma sin aviso ni permiso y me preguntó «So why are you so sad princess?»; y superado mi asombro ante el repentino cambio de tema/tono/idioma y el perfecto acento australiano del taxista le mentí con una sonrisa en el retrovisor diciéndole «I’m not sad».

De a poco el viaje se transformó en una mini sesión de diván respecto a mi ¿vida amorosa? (ja) y una disertación acerca de que nadie entiende a las mujeres porque básicamente nadie entiende lo que es ser mujer. Para el taxista…(a quien a esta altura le vamos a decir Manuel, total ya estamos en confianza); para Manuel, las mujeres, y sobre todo las mujeres jóvenes como yo- no hacemos otra cosa que quejarnos, pelearnos, armar dramones ficticios y vivir miserablemente por nimiedades que los hombres ni siquiera registran- como la celulitis o las puntas florecidas. Yo lo dejé que hablara. Manuel dijo esa obviedad que dicen los hombres cuando hablan de como serían si hubiesen nacido mujeres: Créanme que no se lo bancarían…como dijo Simone de Beauvoir «no se nace mujer, se llega a serlo» y estoy segura de que uds también vivirían en perpetua queja si en la historia de la humanidad nadie les hubiese dejado una receta o un mapita para llegar a ser mujer y creo que he aquí el quid de la cuestión: No existe una sola definición de mujer que satisfaga este interrogante.

No me gustan los lugares comunes a lo José Narozky que dicen que a las mujeres no hay que entenderlas, hay que quererlas…Todo muy lindo José pero yo no quiero ser una incomprendida. A los perros también se los quiere y sin embargo nadie los entiende. Y en el amor (al menos al que aspiro)  la admiración y el respeto tienen mucho que ver y eso solo se logra entendiendo y conociendo las intenciones de la otra persona con inteligencia no con resignación. No sé si podría enamorarme de alguien a quien no entendiese…pero no quiero pecar de presuntuosa, porque supongo que puede pasar.

Volviendo a Manuel y después de discrepar y congeniar durante $42 pesos de viaje, mientras bajaba del taxi me dijo: «You should get out of your head and stop worrying about things like petty little girls and silly men. It’s really nice out here» (Deberías salir de tu cabeza y dejar de preocuparte por pendejitas rayadas y zoquetes…acá afuera está re lindo) Supongo que en esto tiene razón, después de todo no quiero tener que reprocharme en unos años haberme pasado la juventud preocupada por lo que en el futuro y desde lejos van a parecer pavadas. Saliendo un rato del monólogo quejumbroso que estoy acostumbrada a escuchar cuando no estoy enchufada al ipod y dejando de lado la lista mental de insatisfacciones …it’s not so bad (Parece cinismo pero no eh? I mean it)

Lo anoto porque sino después me olvido:

Por qué me molesta que las depiladoras me hablen mientras me depilan no hace ni falta que lo aclare: I’m in pain, just shut up. Y lo de los radiólogos es un desvarío mío…

Me da fiaca ponerle tags a los posts…eventualmente lo haré

Un grande Manuel, único taxista porteño bilingüe con acento australiano.

Este finde escuché un muy buen cover de este tema que no he podido sacarme de la cabeza…se los dejo para acompañar la lectura del post

Hazte la fama

En más de una ocasión he hecho referencia a los hombres reales que habitan la realidad cotidiana de las mujeres que no estamos dibujadas por Disney y no somos protagonistas de una comedia romántica…O de un dramón romántico, porque no todo en esta vida son risas (sino pregúntenle a ella y no me digan si no se les estruja el corazón de la angustia, mientras le piden que por favooor se baje de la camioneta!)

Durante estos días que pasaron me dediqué a intentar ordenar las ideas que me llegan acerca del abismo de diferencias que hay entre los clint eastwoods que te vienen a buscar bajo lluvia con cara de por favor sé mía y los maridos con pocas herramientas que, como no saben qué decir, prenden la radio. De más está aclarar que fracasé estrepitosamente porque todavía sigue todo bastante confuso cuando se trata de diferenciar un hombre ideal de uno que sí existe.  Cabe destacar que mis expectativas actuales distan bastante de verme envuelta en un torrente de pasión hollywoodense irrefrenable – No porque la idea me desagrade sino porque eso simplemente no pasa. Es una de esas cosas a las que una tiene que resignarse:  la gravedad, el paso del tiempo o la volatilidad del chocolate. Pero de resignaciones hablamos otro día.

Más allá de mi desarrollo habitual de las diferencias entre lo que esperamos encontrar y lo que realmente encontramos, descubrí que – curiosamente- los encargados de hacerse fama de «los hombres son todos iguales» son justamente ellos mismos.

Tengo que admitir que a mi nunca me prometieron nada fuera de serie…como creo que dije en posts anteriores, no vengo de muchos desengaños crueles ni promesas rotas. La mayoría de las desilusiones de índole afectiva por las que pasé, las fabriqué solita; poniendo expectativas en personas que -quizá desde entrada- sabíamos que no iban a llegar a cumplir. Las promesas que no se concretaron fueron cosas sencillas; como llamados, visitas y un helado de cookies & cream- Pavadas pero se ve que dificiles de llevar a la realidad (¿?). Nadie me prometió bajarme estrellas ni llevarme de luna de miel a Bora Bora, quizá porque nunca me quisieron así, o tal vez  porque cuando me hacen estas promesas mi oído con bullshit detector included las pasa por alto.

Mis pretensiones no son muy complejas, no creo en la promesa del «hasta que la muerte nos separe» porque en el día a día nos separan cosas menos concluyentes que morirse pero no por eso menos insalvables. Puedo llegar a creer un «Te quiero» pero no sé que tanto compro un «Te voy a querer siempre». Y believe me, no es una cuestión de falta de fe; yo soy la primera en la filas de las que tenemos la esperanza de estar 100 años enamoradas de la misma persona y que esa persona nos corresponda de la misma forma. Pero 100 años no es para siempre y el amor necesita del compromiso para sobrevivir 100 años. Son muy pocas las veces que se dan las dos cosas juntas.

Pero volviendo a que  «los hombres son todos iguales» paso a contarles que ya nadie les cree ese cuentito que tan cómodo les queda. Analizando el tema con mi amiga la Pandorita, y reflexionando exhaustivamente sobre los dichos y hechos, llegamos a una pseudo-conclusión (porque sin duda hay mucho para analizar y la verdad estábamos muy distraídas disfrutando del río):  Esto de «todos te van a desilusionar, los hombres mienten siempre, nunca cumplen las promesas que hacen, etc» es una excusa simpática que les deja la vía libre para hacer cualquier barbaridad y no tener que hacerse cargo cuando algo los afecta en serio y meten la pata (porque obvio que desaparecen y no se hacen cargo…!)  Utilizan esta fama  como una advertencia impresa en una etiqueta: «Risk of heartbreak and utter disappointment».

Ojo, no digo que las mujeres no gocemos de esta misma licencia…también está el «son todas unas yeguas» que es perfectamente válido para quienes han tenido la desgracia de toparse con una. Pero hay que entender que no porque el otro no nos dé lo que queremos, eso los convierte en imbéciles o turras…es un desencuentro desafortunado pero también es moneda corriente. A veces simplemente no pueden darnos lo que queremos, y si no quieren, tampoco está tan mal, aunque parezca y se sienta como el fin del mundo. Unrequited love, que le dicen.

Desde mi experiencia y de observar con detenimiento sé que los hombres no son todos iguales. Sino cualquiera daría lo mismo y no, ese no es el caso.

No voy a irme sin antes:

  • Aclarar con mucho énfasis, que no porque una dama sea divina y les devuelva una imagen amable de ustedes mismos -señores- tratándolos bien, siendo simpática, linda y amorosa; significa que esté lista para echarse en sus brazos de inmediato. No hace falta que la rechacen de antemano, ella no está interesada en casarse con uds. ni mucho menos -y perhaps ni la merezcan. Capaz que solo es así de divina no más y no le sale otra cosa.
  • Preguntarme…¿En qué andará mi amigo Pedrito?
  • Dejarles una canción para musicalizar el post. Aclaro que no tiene nada que ver, solo me gusta mucho el video: