¿Y vos, nena, para cuándo?

Don't you just hate that?
Don’t you just hate that?

Cuando se tienen 27 años, se es la única mujer soltera en kilómetros a la redonda, y no hay nada mejor que hacer, parece que es menester que te pregunten, para cuándo un novio. En serio, la pregunta parece tener gravedad propia, y simplemente se desploma de la boca de tías y primas lejanas en una cena familiar, o de tu jefe en un almuerzo, o de alguna de esas ex compañeras del colegio que un día te agregaron a Facebook.

Tiene muchas otras versiones, «¿vos no tenés novio todavía? ¿pero no te gustaría casarte? ¿no estás saliendo con nadie? ¿seguís soltera?» , etc y nunca falta quien te dice a modo de cumplido «cómo puede ser que una chica como vos esté sola.»

Creería que después de muchos años de toparme con esta escena, tendría una buena respuesta para esa pregunta; porque ridículamente, siento que debo dejar satisfecha a la otra persona cuando me cuestiona por qué estoy sola. Como si tuviese que justificarme, aún cuando la desición es mía y quien me lo pregunta no me importa. Como si fuese asunto de toda esa gente que mi ex novio haya dejado de quererme, o que el hombre del que me enamoré, no se haya enamorado de mí. Es una pregunta de mierda. Debería ser igual de maleducada o impertinente que preguntarle a alguien cúanto dinero gana, o por qué no tiene hijos.

Habiendo tantas otras cosas en el universo para alimentar nuestra curiosidad, las tías, las primas, los jefes y las ex compañeras, se interesan en la vida amorosa de una. Como si fuese una cuestión de equilibrio cósmico.

Aún así, todavía no encontré una respuesta que en lugar de ponerme incómoda a mí, que estaba feliz minding my own business, ponga incómoda y en falta a la otra persona, y la haga sentir mal, pero diplomáticamente, sin mandar a nadie a la mierda, (al menos no de manera explícita.)

Lo que más me molesta de toda esta cuestión, es que me moleste; que de hecho le esté dedicando un post en el blog, cuando en realidad, pensaba relatar mi experiencia de una noche as a wingwoman. Pero, supongo que a modo de expresión personal, quería dejar en claro que es una pregunta de mierda, no se la hagan a nadie, dejen a la gente en paz, porque no hay crítica o consejo, declaración o insight que puedan aportar, que vaya a cambiar la vida de nadie. Y para mis congéneres, les dejo esto: fijate que en general, quienes te hacen esta pregunta, son personas cuya opinión realmente, te importa un pito.

Hice una encuesta, y algunas buenas respuestas son:

  • ¿Un novio? Me arruga la ropa.
  • ¿Vos seguís casada?
  • Todavía no encuentro el que me pague el all inclusive a la Polinesia.
  • Es que desde la cirugía de cambio de sexo todavía me animé a salir con nadie.
  • Y…ahora que está la ley de matrimonio igualitario, en cualquier momento me caso.
  • Noooo, mi papá no me deja.
  • Es que soy comunista.
  • Me dejé al chico en la otra cartera.
  • Depende de quién pregunte.
  • Porque tengo un blog.

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...I get that a lot.
404 Error
We’re sorry but the man you were trying to search:
1. Does not exist
2. It’s a myth
3. Transcends all human understanding
4. Exists, but in a different universe
5. Died 3 years ago
6. Married Angelina Jolie
7. Has evolved to a higher plane of existence.

Ya me quedó clarísimo que me va a costar mucho enamorarme…o ¿volver a enamorarme? No puedo andar jactándome de tener expectativas altísimas, ni de buscarle el pelo al huevo (perdón por la metáfora); porque podría relatarles una listita de especímenes muy peculiares que vendría a refutar esa teoría. Ojo, en su momento, los quise mucho a todos, pero en retrospectiva bajo ningún punto de vista eran el hombre de mi vida.  No es que yo sea un super premio como mujer, disto muchísimo de serlo. Cierta vez, un ex o un amigo, o ambos, me dijo: «sos como esos perros chiquititos insoportables, que ladran ladran ladran, pero son re tiernos, y más cuando están enojados». Así que evidentemente, vengo a ser algo así como una mascota simpática, más que una buena pareja.

Igual temo que este desinterés sea una medida de self-preservation más que una verdadera falta de entusiasmo. Los hombres de los que probablemente me enamoraría, en general no se enamoran de mí, y si lo hacen, yo no me entero –  que es casi lo mismo. Así que para ahorrarme el sufrimiento que le sigue y el trámite de tener que desilusionarme después, procuro no meterme en esas. Voy aprendiendo, ¿vieron?

Una de las conclusiones a las que llegué en este autoanálisis, es que no me estoy enamorando, porque no sé qué estoy esperando encontrar; o dicho en criollo: no sé lo que quiero. Creo que no tengo un checklist de virtudes y atributos que debería tener mi pareja ideal. Así, dificilmente me de cuenta cuando alguien quiera deslumbrarme, e igual quiero que me deslumbren. ¿Esto es ser jodida?

Pero el amor y todo lo que lo adorna siguen siendo tema recurrente en el monólogo y el desorden de mi sinapsis. Yo espero que de alguna manera, estos 27 años que llevo meta vivir, sean la precuela de una buena historia con algún joven Paul Newman que haga que me duela la panza de risa, todo el cuerpo del sexo increíble que vamos a tener y el corazón, cuando después de muuuuucho tiempo juntos, él ya no esté.

Tengo muy a flor de piel, la sensación de que así como no existe alguien que nos complete, uno tampoco va a serlo todo para nadie. Pero por ahora no estoy encontrando quien me complete ni en un 30%….eso que soy mini y no hay mucho para completar.

Gabriela Acher dijo en uno de sus libros que, las mujeres, cuando no estamos enamoradas, nos aburrimos. Creo que tiene razón, y el aburrimiento es peligroso. He hecho un tremendo esfuerzo por no caer en los típicos errores hijos del aburrimiento; así que ya no tengo tarjetas de crédito, trato de no tener chocolates en casa,  y le di la patria potestad de mi pelo largo a mi peluquero amigo para que no me deje ni cortármelo ni teñírmelo. Lamentablemente sí caí en errores atípicos, pero al menos son novedad. Lo bueno de todo esto es que tengo un montón de tiempo libre, como por ejemplo, para escribir este post.

Cosas que pensé, pero no dije:

¿Paul Newman? ¡Ja! ¿No había dicho que mis expectativas no eran tan altas?

No enamorarme como una idiota de uno que me gusta un poquito, no es una mala noticia.

Y sí, por más que mi vida no esté atestada de Paul Newmans en este momento, no quiere decir que no haya gente que me guste, mucho.

No me quiero cortar el pelo, y jamás me haría un tatuaje…así que curo algo del aburrimiento cambiándole el look al blog. Ese es mi violín y mi vaquita de San Antonio.

¿Ya se dieron cuenta de que me gusta Fiona Apple?

No era un pájaro, no era un avión…Tampoco era Superman.

«So you’re six years old, you’re reading ‘Snow White and the Seven Dwarves,’ and it becomes rapidly obvious that there are only two kinds of men in the world: dwarves and Prince Charmings. And the odds are seven to one against your finding the prince.” (Emily Levine)

Hace no mucho dije que estaba difícil enamorarse hoy.  No estaba tan errada y eso que le puse onda y todo…Y temo no tener un chivo expiatorio creíble como haberme dejado engañar por Disney, mi autoestima o mi educación romántica.

Creo que las desilusiones nunca nos toman por sorpresa, al menos no del todo. En el fondo siempre supimos que Papá Noel no existía, que las cifras del INDEC son imprecisas y que tarde o temprano nos iban a terminar rompiendo el corazón.

Curiosamente venimos programados de fábrica para dejarnos mentir un poquito, y es algo que hacemos a voluntad, porque a quien no le gustan la magia y las ilusiones. Dudo muchísimo que las personas prefieran tener razón a ser felices – y se los digo yo que soy una neurótica de la última palabra. No estoy diciendo que prefiero que me oculten la verdad con tal de tenerme contenta (porque ocultar la verdad, es también una forma de traición) pero si me van a mentir, al menos háganlo bien.

Desde mi primer desencuentro amoroso soy muy consciente de la existencia de lo que una vez llamé hombres reales;  quienes ni tomando mucha sopa le llegan a la sombra de los Humphrey Bogarts o Ivanes de Pineda que una pensaba que algún día iban a aparecer. No es que una sea una princesita inmaculada, ni la más bella del reino, o Ingrid Bergman, pero la verdad es que una no espera que llegue un buen hombre que nos haga salivar más que el perro de Pavlov, para cumplir con un silogismo estético.

Mi consigna es darles la oportunidad a los hombres reales porque son los únicos que hay, y lo digo con ganas de iluminarnos, no con resignación. Los ideales entorpecen lo posible, pero es muy difícil enamorarse exclusivamente de lo real – así que nos mentimos un poquito – y eso no está tan mal.

Lo único malo de los hombres reales es que se ofenden cuando una trata de tenerles paciencia y no los pone inmediatamente en un pedestal para adorarlos – entonces aprovechan para subirse al poni de la histeria que yo dejé de lado. Esto quizá se debe a que yo todavía no entendí que los hombres (al menos con los que me cruzo yo) necesitan de su autoestima bien inflada, para casi todo.

La mala noticia de todo esto es que últimamente empiezo mis relaciones de atrás para adelante, sabiendo que esa persona que me gusta tanto en realidad, va a tener muchas cosas que tanto no van a gustarme. Entonces comienzo vislumbrando al pájaro o al avión primero y viendo si al final me sorprende un Superman, o al menos un Clark Kent. Pero no…hay muchos barriletes, eso sí.

Ojo, no es mi intención echar culpas por mi  creciente falta de entusiasmo, pero cuando termino teniendo razón; cuando de un día para el otro empiezan a perder validez las frases del estilo «sos la J que más me feliz me hace» , «antes de conocerte pensé que X pero ahora Z» y «Quiero recorrer todo tu L con mi Y», me cuesta volver a tomarlas en serio cuando viene otro atrás a repetirlas.

Hacía mucho que no posteaba, así que bánquense estas últimas oraciones:

Tuve un mes de writers block y no pude producir una sola frase sensata…una insensata tampoco. Pero volví che, siempre vuelvo.

Iván de Pineda en serio me enamoró…creí haberme enamorado el año pasado y cuando nos vimos de nuevo este año, comprobé que sí. era en serio. Escúchenlo hablar con mucho atino de educación, mientras te mira desde su metro noventa con ternura y después cuéntenme qué tan loca estoy.

Sí, ocultar la verdad es una forma de traición, y ocultar u omitir la verdad apropósito es mentir también. No me vengan con tecnicismos a contradecirme.

Fiona Apple  debería entrarle más al asado y ese vestido no la beneficia….pero cómo me gusta la letra de esta canción.

Vos no me entendés

La psique femenina es compleja, esto no es novedoso para nadie. El mismísimo Freud murió sin poder responder uno de los interrogantes que ridículamente todavía atosiga al 50% de la humanidad: «¿Qué quieren las mujeres?» Este post ni siquiera va a intentar meterse con esa pregunta; pero sí va a intentar esclarecer algunas cuestiones. Creo que el problema principal reposa en que la identidad de la mujer se apoya en una serie de representaciones imaginarias y simbólicas. Históricamente, la mujer nunca ha sido mujer por sí sola. Nuestra identidad siempre se ha definido con otros términos de lo que una debería ser y en ese ser también se incluye lo que una debería querer, desear y sentir. Últimamente, hasta los publicistas de Kimberly Clark, Unilever y Bayer (AKA: Days, Always y Actron Mujer) nos dicen como deberíamos sentirnos. Alguien tiene que decirles que la corten, really.

«No las entendemos»: una y otra (y otra) vez escuché esta declaración en boca de algún hombre, refiriéndose a las mujeres en general. «Son complicadas, no sabemos lo que quieren y en definitiva son difíciles de entender»  Ok, we get it. Así que he decidido tomar este reclamo, al menos para entretenerme escribiendo un rato, y voy a empezar a contarles mas o menos lo que pasa de este lado. Cabe aclarar que mis ideas y posturas acerca de lo que una mujer espera , quiere o deja de querer no es bajo ningún concepto la opinión de la mayoría. Flash news, boys: como ustedes, no somos todas iguales (lamentablemente, porque hay un par a las que quisiera parecerme, o, ¡por suerte!, porque hay otras tantas con las que no quisiera ni que me asocien).

Los hombres, o al menos con los que yo me cruzo, son por naturaleza resolutivos. Si a un hombre, se le cuenta un problema, inmediatamente el señor va a tratar de buscar una solución a lo que tanto te aqueja. Va a enumerar las causas que te llevaron a esta situación, va a señalar que no es necesario tanto drama ni que te angusties y va a brindarte una (o más) alternativas para salir de tu dilema.  Y con eso, va a dar por terminado el tema.

El problema con esta escena es que él se pone la capa de Superman, pensando que está salvándote y una, en realidad,  lo va a bajar de un hondazo con los clásicos «No me estás prestando atención, No me entendés lo que te estoy diciendo, No me escuchás, etc» 

El quid de la cuestión es que nosotras no estamos buscando que nos solucionen todo lo que les planteamos, a menos que hagamos explícito que queremos su input en el asunto (y por explícito, quiero decir, explícito) Lo único que se espera de Uds. en ese tipo de conversación es un indicio de que efectivamente nos están escuchando, que nos compadecen, entienden que la estamos pasando mal y que nos den una señal de más de dos sílabas de que nos están oyendo. Monosilábicos abstenerse.

No es necesario que nos digan que nuestro problemita es una pavada, que nos hacemos problema por todo, que en nuestro lugar harían tal o cual cosa, o que lo que les estamos planteando, para ustedes, no tiene sentido. Es comprender que lo que les puede parecer una pavada, puede tranquilamente ser una tragedia para una. Es categóricamente imposible ponerse en el lugar de otro. Así que el único recurso que les queda es la empatía. A mí me parece una reverenda estupidez que se depriman más de 20 minutos porque pierda Racing. En primer lugar porque suele perder seguido, y en segundo lugar porque a pesar de que entiendo las reglas del fútbol, parece que la vida sigue igual afuera de la cancha. De verdad.

Ojito que no estoy diciendo que nos den la razón como a los locos. Nada de «a las mujeres no hay entenderlas, hay que quererlas» a lo Ricardo Arjona, porque el reclamo del «no me entendés» no pone en tela de juicio cuánto nos quieren. Yo en serio entiendo que la solución la buscan para dar fin a mi ¿sufrimiento? pero de verdad, solo quiero que me escuches hablar un ratito.

Posdata:

Hace bastante, un amigo me reveló este dato acerca del impulso masculino de querer arreglarlo todo y de la reacción de la mujer frente a esto. Como siempre, tuvo razón. Por si se le ocurre leer, y estoy bastante segura de que pasa por acá seguido, gracias a Ud. por este post. 🙂

Mientras escribía, me acordé que en la película The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, había un arma que cuando se disparaba a una persona inmediatamente esa persona podía ver las cosas tal y como las vemos desde nuestro punto de vista- Point of View Gun, se llamaba, y de hecho su creación había sido encomendada por la Organización Intergaláctica de Amas de Casa Indignadas, cansadas de terminar cada pelea con sus maridos con las frase «You just don’t get it, do you?» I really want one.

Queridos publicistas de K. Clark, Unilever, etc:

No puedo ni empezar a contarles lo  mal que me ponen sus publicidades dedicadas a los problemas femeninos «que solo ustedes entienden» De verdad siento que nos están haciendo bullying hace rato. A mí me gustaría una publicidad que en vez de tener a Marcela Kloosterboer en un vestidito BLANCO, super sonriente diciendo cosas como «tus ovarios no se equivocan, aunque te duela todo y la pases como el orto la vida no es tan terrible y ser mujer es maravilloso» me gustaría menos contención y poesía y que me digan de una vez «Si, la verdad es que eso que te pasa todos los meses es un garrón y no tiene nada de maravilloso, here’s a tampon and some pain killers» Si en serio solo ustedes nos entienden, el optimismo y la Kloosterboer de verdad no van.