Antes que nada, quiero pedir disculpas por mi prolongada ausencia en este espacio. Les aseguro que no fue programada y que fue muy difícil volver a sentarme a escribir. No voy a atribuírselo a la falta de tiempo, la verdad es que tiempo si tuve, pero desacertadamente decidí emplearlo en otras cosas que no me dan la misma satisfacción que me da escribir. Fue difícil volver porque fui víctima de una completa falta de inspiración, absolutamente todo lo que escribí lo borré, they all seemed terrible ideas. Finalmente después de casi 3 semanas, Miss Painter Girl, me dijo que me dejara de dilatar lo inevitable y me pusiera a escribir que según ella me sale bien. So here it goes:
Últimamente, he podido observar lo perdidísimos que están algunos hombres cuando de lidiar con mujeres se trata. Ojo, no es una observación reciente y sin duda tampoco descarta que las mujeres tampoco tengamos idea de cómo llegarles…es solamente eso, una observación. But allow me to illustrate:
Las mujeres solemos tener poca paciencia con lo que voy a denominar hombres reales y los condenamos de inmediato cuando no cumplen las expectativas que erróneamente formamos respecto al género opuesto. Nuestra concepción se ve muy contaminada por ideales que se asemejan a los galanes de películas y cuando no la tienen ni la mitad de clara de lo que la tiene Humphrey Bogart en Casablanca, enseguida asumimos que no es para nosotras, que no nos entiende, que no nos quiere o que no está interesado. Pero creo que no es tan así, sino que sencillamente los pobres no tienen el libreto o las instrucciones para operar y satisfacer exitosamente un mecanismo tan complejo, como lo es la psiquis femenina- hay que desarrollar la paciencia. Simplemente hay que bajar un poco el límite de exigencia a uno más adecuado y no desilusionarnos al toque si el chico no te persigue en su moto (o si no tiene moto) mientras vos vas en el taxi porque te estás mudando de ciudad – al ritmo de Follow you down– al hombre real, le va a tomar más de 90 minutos de película registrar que te fuiste y que si te quiere de vuelta tiene que hacer algo al respecto.
Investigando sobre el tema, me crucé con este artículo desafortunado en el que un hombre se adjudica el descubrimiento de un supuesto código mediante el cual funcionamos las mujeres. Básicamente lo que sostiene el autor es que las mujeres somos ante todo ilusas, que esto nos convierte en personas incapaces de sostener relaciones realistas o de hacer contribuciones importantes en la sociedad. Además explica que es necesario que un hombre nunca se muestre tal cual es frente a una dama, dado que esto hace que ella pierda su interés de manera instantánea. Y por último habla de lo que él denomina “Costo Vaginal Oportunista” diciendo que las mujeres utilizamos el sexo para engatusarlos y obtener cosas a cambio (dinero, tiempo, poder, etc.) condenándonos a una total incapacidad de disfrutarlo tal como lo hacen ellos.
Este señor me hizo enojar mucho, pero después de que se me pasó el enojo- varias horas después- pude comprender un poco lo que quiso decir desde su visión misógina e infradotada (ok, quizá el enojo no se me pasó del todo). La verdad es que este pobre idiota la debe haber pasado muy mal en alguna relación en la cual fue abandonado por no cumplir con alguna condición o cualidad y se ve que esto lo dejó bastante traumado. Por otro lado se olvidó de mencionar que su teoría de CVO aplica cuando un hombre piensa con el pene no con la cabeza ya que también establece que las prostitutas son de una casta de inteligencia superior que el resto de las mujeres- por cierto, las prostitutas también te sacan dinero a cambio de sexo.
Anyway, volviendo a la idea principal de que las mujeres no venimos con manual de instrucciones. Mi amiga Shopper Girl fue quien me abrió los ojos respecto a este tema mientras hablábamos de cómo el muchacho con el que está saliendo, no tiene idea por dónde empezar y que no es capaz de captar sutilezas (en mi experiencia, son muy pocos los hombres capaces de registrar sutilezas) y que sería genial un mini training de: esto es lo que espero que hagas. Haciendo un mea culpa pienso que nosotras también tenemos que empezar a comunicarnos mejor, y decir lo que queremos…pero también pienso que colectivamente venimos bastante malacostumbrados a demasiados tira y afloje que son esenciales en la conquista y que decir las cosas que queremos como si fuera un contrato le quitaría toda la emoción al asunto.
Por eso queridos lectores, es tiempo de definir algunas reglas básicas. Admito que las mujeres no somos sencillas de entender de buenas a primeras, pero les pedimos que por favor no nos cataloguen, etiqueten o juzguen por eso. Es difícil lidiar con ustedes también, que no dicen nada y esperan que tengamos los dones de una adivina adoctrinada en técnicas avanzadas de telepatía, y no son capaces de contestar un sms cuando los saludamos por su cumpleaños o de llamarnos cuando nos dicen que nos van a llamar o de recordarnos cada tanto que nos quieren, que les gustamos, que somos lindas. Y si se sienten perdidos, pregunten! We’d be happy to assist you! =)
Algo que me quedó en el tintero
El artículo que menciono se titula “Women for Dummies”, creo que el autor podría haber extendido el título a un “Women for dummies by a dummie” y habría sido más acertado.
Humprey Bogart la tenía clarísima en Casablanca, pero más clara la tuvo Ingrid Bergman que se fue con el otro a descubrir otros mundos en vez de quedarse con el dueño de un bar, stuck en Marruecos. 😉
Que linda es la canción de la escena final de «How To Lose a Guy in 10 Days»